domingo, 24 de septiembre de 2006

Estaciones

OTOÑO


Hace mucho que no escribo nada. Eso se siente raro pero también regocijante por el hecho de la vuelta. Música acorde, silencio por lo demás, aunque un tibio palpitar urbano emana de la persiana cerrada. Estos son tiempos de mutaciones profundas, la piel de hoy es más distinta a mis pieles precedentes. Hay caminos y sueños como siempre, hay miedos, más aún, pero hay decisión.
Una misma esencia con brotes diferentes. Matices de árbol que va lento hacia el aire. Hacia el cielo. Añoso y melancólico – como es de esperarse - pero decidido a abandonar su antigua piel la más intensa respecto a sus pieles precedentes, la más sentidamente propia.
La parcimonia del viento de verano mueve suavemente las hojas que ya colorean amarillas, y algunas caen.
No puedo olvidar ese momento – cinematográfico, podrían decir mis visualizaciones de cinéfilo - en aquel atardecer volviendo del trabajo, donde las hojas caían amarillas y lentas sobre el asfalto. Lentas hojas muertas, sin irrigación cayendo en la calle. El amarillo tiñendo el gris (lo podía decir de mil maneras más). Momento único en que el tiempo es vano y finitamente infinito, donde un color naranja invade edificios y esas hojas no dejan de caer sobre el asfalto, que alguna ves fue adoquín, y antes pedregrullo. Noche como estas, no tan lejanas me endulzan en una tremenda melancolía amarilla y gris.
Otoño, no más ni menos que eso. Otoño en esta ciudad que sigue prometiendo todo.
Que exaltación me palpita en estos momentos, mi cerebro es una maquina de remembranzas que proyectan y proyectan vivencias, gente querida, sufrimientos colectivos, felicidades igual de transitadas, alegrías que son tan alegres que duelen porque ya son huesos casi blancos en la tierra. En ella brindo cada ves me hallo brindando, pensando en lo por venir.

INVIERNO

Barullo mental se metamorfosea con los sones que afloran del parlante
solitario testigo de la noche que emerge eclipsando el día
adiós día
aún faltan cosas por hacer pero escapamos un segundo escapo un segundo
y escribo palabras
pero la música es mayor
más elocuente
más sensorial
más todo que estas palabras que tan sólo manifiestan mi placer por este fin de día con música
adiós día prematuro
aún quedan cosas por hacer en este invierno
pero ya desde las penumbras
todos están volviendo a algún lado
yo también
pero también me voy
viva la música


PRIMAVERA

¿Será el tiempo?

las palpitaciones respecto al hecho de cerrar puertas aumentan

está la fuerza de cierto empecinamiento inútil que me retiene
todo se transforma en una puja de fuerzas

que van en direcciones disímiles
es ahí donde me hago a un lado

y que la inercia del movimiento propio de las cosas exceda lo acontecimental

no hay objetivización posible

no hay razonamientos lógicos

tan sólo acumulación desordenada de experiencias que gravitan a su antojo

que van y vienen en un bamboleo de elipses que se entrecruzan

Por suerte ya es primavera

y todo rejuvenece

aunque se puede decir que las gastadas palabras tienen polvo

pero es difícil trascenderse y escribir con otras palabras de nuestro acotado vocabulario

menos aún decir cosas que ya no han sido repetidas

somos mono/pensantes

un pensamiento

mono

mono corde

en mono ambiente

mono silábico