sábado, 21 de enero de 2006

Barcos, amaneceres y atardeceres


Río Gallegos al amanecer


El cruce por Chile al atardecer



Barcos del pasado encallados, oxidados...

5 comentarios:

Arminio Sánchez dijo...

Barcos, y amaneceres, mar y viento,lluvia al socaire de la tierra, marineros. Sale de puerto y proa a la mar, enfila la bocana del puerto. la vista altiva divisa ya el horizonte y las olas que le acompañan estremecen su caso y a sus hombres.

Arminio Sanchez dijo...

Desafia la bravura, y las velas desplegadas al viento recogen los soplos de tormenta que tornan cada vez más violentos .
El Galatea Navega de Nuevo, dejando atrás las amarras que tantos años le han anclado a su puerto.
Un grupo de jóvenes afanados en cazar el trapo, agarrados a la y con los pies descalzos, miran el abandonado puerto y a lo lejos el horizonte hacia el rumbo , ya es cierto.

Arminio Sánchez dijo...

Desafia la bravura, y las velas desplegadas al viento recogen los soplos de tormenta que tornan cada vez más violentos .
El Galatea Navega de Nuevo, dejando atrás las amarras que tantos años le han anclado a su puerto.
Un grupo de jóvenes afanados en cazar el trapo, agarrados a la jarcia y con los pies descalzos, miran el abandonado puerto y a lo lejos divisan el horizonte allá donde se une con el cielo.

Anónimo dijo...

Al subir a cubierta la situación era dantesca, la luna iluminaba el mar y las crestas de las enormes olas que nos azotaban por el costado de babor. Al acercarse a nosotros, parecían verdaderas montañas que hacían que el buque pareciese una cáscara de nuez a su merced. Los contramaestres alertaron al personal de máquinas para que continuamente vigilasen los remaches de las planchas de la obra viva de los costados y se mandó tener listo el pallete de colisión.
Por barlovento las olas venían con una altura de hasta doce metros y se tiraban estopas impregnadas en aceite para que al extenderse sobre el agua, formaran un remanso a fin de evitar que los golpes de mar fuesen tan violentos.
Por la mañana estaba todo el aparejo hecho jirones y dando fuertes gualdrapazos, que hacían que los puños de las escotas del velamen diesen agresivos latigazos a todo lo que se ponía a su alcance. En esta situación de grave riesgo, alguien tenia que subir a los palos, y ni cortos ni perezosos todos los cabos primeros que estaban haciendo el curso de contramaestres subieron a las correspondientes maniobras. Los puños de escota ocasionaros diversos heridos por contusiones en las cabezas de los valientes cabos que en todo momento se comportaron como verdaderos héroes.

Arminio Sánchez dijo...

Todas las escotillas permanecían cerradas con la mala fortuna de que la puerta estanca del pañol de guardabanderas, no quedó bien trincada, quizá por descuido. Dicho pañol se comunicaba con el sollado de popa por medio de unas rejillas que estaban junto a la zapatería.
Un golpe de mar terminó de abrir la puerta del pañol y el agua se adentró con tanta violencia que se inundó el sollado. El agua que embarcó el habitáculo no fue excesiva, pero a consecuencia de las escoras y bandazos que sufría el Galatea en la lucha contra el temporal, los sumideros no daban a vasto y el agua formó en el interior del sollado un oleaje que mojó la batayola con sus coys y un gran número de taquillas, sobre todos las que no estaban colocadas en los lugares más altos y alejados del suelo. Las gavetas, y los platos flotaban sin rumbo en el interior mecidos a merced de los bandazos del agua.

http://bitacora12.soy.es/2010/11/21/el-galatea-navega-de-nuevo/#comment-1318