viernes, 16 de marzo de 2007

The matrix una polémica en dos planos

Indice de notas sobre filmes de ciencia ficción
Introducción

2001: odisea del espacio (1968)
Solaris (1972)
Una mirada desde el lente hegeliano del Film Ghost in the Shell (1995)
The matrix (1999)

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I.- La inteligencia artificial como uno de los insumos de la ciencia ficción

Para analizar The matrix vamos a incursionar en dos planos, por un lado lo que pretende manifestar esta trilogía y por otro, ahondar en las incongruencias e incompatibilidades que reúne y hace incomprensible para los críticos el éxito de taquilla alcanzado por la saga. También retomaremos una nota (Cine, distopía y prospectiva) aparecida en La ventana indiscreta 4, de Francisco Goin donde luego de hacer una excelente análisis sobre la ciencia ficción, arremete con una serie de improperios sobre The matrix que criticaremos.

Para entender la base desde donde arranca The matrix, es necesario nombrar uno de los insumos de la ciencia ficción: el pensar el próximo salto en nuestra cadena evolutiva. Este dilema, en general, se manifiesta en el desarrollo de inteligencia artificial, la cual genera autoconciencia y por lo tanto ahonda en problemas existenciales y filosóficos, rasgo que debería ser distintivo de la humanidad. En este sentido, podemos nombrar algunos filmes relevantes donde se plantea este insumo del género:

En 2001: Odisea del Espacio, el cosmonauta Dave destruirá a HAL 9000. En Blade Runner, Deckard se enamorará de una Nexus 6 y en Ghost in the Shell, donde la media humana y cybor, la mayor Kusanagi se unirá con el Maestro Titiritero o Pupper Master generando una nueva forma de vida capaz de conectarse a la basta red de redes. El nombrado animee, de alguna manera, es una de las bases en la que se monta The matrix, incluidas copias textuales de formas estéticas. Las tres películas nombradas son reflejo de una ciencia ficción preocupada por las problemáticas de la humanidad y por el camino que esta tomará. Lo que Goligosrky define como una arista de la ciencia ficción, definida como ciencia ficción "adulta", (…) comprometida con la realidad de su tiempo, fundamentalmente preocupada por los problemas sociales que enfrenta el mundo actual: la amenaza de guerra, el racismo, la alienación del homo consumens, la influencia de los medios de comunicación de masas; el contraste entre las posibilidades científicas y técnicas y la perduración de la miseria, la ignorancia, el hambre y las estructuras físicas y mentales obsoletas; la violación de la intimidad por medios electrónicos o de otro tipo, la vigencia de la censura, etc. Esta es en verdad una parte de la ciencia-ficción, una parte que concita a los mejores autores del género y que tiene valor suficiente para destacarse con brillo propio. Pero no es la única.[1]

II.- Lo que intenta decir The matrix

El caso de The matrix es más polémico, desde el punto de vista del gran pastiche o collage de conceptos diversos que es necesario desmenuzar de a poco. Al menos como ejercicio, para detectar inverosimilitudes y por el mero interés en analizar historias de ciencia ficción y sus diferentes miradas del futuro y por lo tanto su descripción potenciada de los diferentes momentos y problemas históricos.[2]

El mundo que propone The matrix parte del modo de producción capitalista actual, absolutamente interconectado o globalizado, con megacorporaciones de capitales hiperconcentrados. Esta situación, se potencia con los avances tecnológicos como la inteligencia artificial. La inteligencia artificial desarrolla elementos autoconcientes y desplazan al hombre en el dominio del planeta. Generando así, la prescindibilidad del ser humano como sujeto de cambio. Una alienación extrema que lo asemeja a un recurso natural más, del cual exprimir algún tipo de energía; sea en trabajo (Ghost in the shell), sea en energía propiamente dicha (The Matrix). Donde el antagonismo se daría entre las fuerzas productivas junto con los poseedores del capital desplazados por la inteligencia artificial. Lo que daría hacia el 2199, una alianza de clases contra las máquinas. Una especie de reedición del concepto "nación en armas" del período de nacimiento de las naciones, sumado al de las resistencias multiclasistas de la segunda guerra mundial ante el fascismo.

En el mundo de las máquinas, la fase determinada de desarrollo de las fuerzas productivas materiales se da por la extracción de energía eléctrica para la alimentación y mantenimiento de las máquinas, dicha extracción es a través de vastos campos donde los seres humanos son "cultivados" en cápsulas en los que están conectados desde su generación artificial. En cada cápsula de cultivo los cuerpos se hayan conectados por todas partes, se les inyecta comida (seres humanos triturados) y en la nuca se encuentra la conexión al cerebro a partir de la cuál estos humanos desarrollan su vida artificial en el mundo de la matriz (este mundo es la reproducción del mundo de 1999, es decir, el modo de producción capitalista de fines del siglo XX). El mundo de la matriz es un mundo de software interconectado, donde diferentes programas subsisten (algunos contradictoriamente), entre ellos uno de los preeminentes es el denominado agente Smith, especie de antivirus que a partir la segunda versión de la saga comienza a moverse por fuera de las órdenes del mundo de las máquinas, hasta reproducirse indefinidamente en la tercer versión. En los campos de cultivo, donde los humanos permanecen conectados a la matriz, la fuerza de trabajo de los hombres se encuentra alienada al extremo, sólo algunas conciencias perciben ciertas incompatibilidades de la vida artificial en la que están subsumidos. En este punto, es donde el mundo de las máquinas choca con el de los hombres no conectados en los campos de cultivo y que tratan de rescatar a los seres humanos más concientes conectados a la matriz.[3]

Las relaciones de producción que establecen los hombres de la ciudad subterránea de Zión (último reducto humano), combina elementos precapitalistas con niveles de avance tecnológicos propios del capitalismo, donde podemos enunciar diferentes clases generales como los guerreros, los trabajadores que sustentan a Zión (alimentos, energía eléctrica, industria metalúrgica y de software) y una clase de gobernantes[4], denominada el consejo, que además administra el culto. La sociedad de Zión responde a cierta lógica militarista defensiva en la guerra contra las máquinas, donde Zión es una ciudad fortaleza en el interior terrestre. A través de incursiones con naves fuera de la ciudad se intenta una suerte de guerra de guerrillas donde algunos tripulantes (ex conectados a la matriz) se introducen al el interior de la matriz. La superestructura de Zión está regida por leyes que estratifican la vida política a la clase burocrática gobernante y a una facción (los capitanes) de la clase guerrera. Los trabajadores y la facción guerrera restante tienen una vida social y espiritual con cultos festivos y dadivosos típicos de las clases subalternas[5]. La situación particular que vive la sociedad de Zión es lo que ya enunciamos como "nación en armas", en el sentido que un enemigo externo aúna voluntades en un objetivo común de sobrevivencia. En este sentido nos distanciamos de la nota Cine, distopía y prospectiva donde se enuncia como "proletariado libre" a los humanos no conectados a la matriz que viven en la ciudad de Zión. Además, en un pasaje define como problema que el nudo dramático no se resuelve entre hombres o sistemas sino entre El Hombre y El Software, lo cual no por desconcertante deja de ser una pavada, esto parece desacertado por el hecho que el software es parte componente del entramado de la inteligencia artificial que como ya enunciamos anteriormente es uno de los insumos con los cuales la ciencia ficción plantea el dilema de la evolución del hombre. Terminada esta interpretación de lo que intenta plantear The matrix, vamos a analizar las críticas e incongruencias de la historia.

III.- De cuestiones innecesarias, incompatibilidades, incongruencias y otras yerbas

La arista religiosa, con un elegido de características mesiánicas (plagado de alegorías bíblicas), se aleja de una ciencia ficción "adulta" aportando confusión a la historia y apuntalando la idea que un muchacho superpoderoso puede salvar a la humanidad. A esta arista innecesaria Slavov Zizek en la nota The matrix, o las dos caras de la perversión, agrega cuatro contradicciones, la primera tiene que ver con la forma en que se concibe a la realidad, la segunda con la muerte, la tercera con la faltas de coherencia como momentos de verdad y la última con la solución energética de la matriz.

En la primera, se deduce que la imperfección de nuestro mundo, es, al mismo tiempo, la marca de su virtualidad y la de su realidad. De hecho, podemos afirmar que el agente Smith (…) ocupa el lugar del analista dentro del universo de la película: la lección que nos enseña es que la experiencia de enfrentarnos a un obstáculo insalvable es la condición óptima para que los humanos podamos percibir algo como realidad. La realidad es, en última instancia, resistencia. Respecto a la muerte Zizek se pregunta: ¿Por qué muere uno «realmente» en la realidad virtual regulada por Matrix? La película responde con una respuesta oscurantista: «NEO: Si te matan en Matrix, ¿mueres aquí? [es decir, no sólo en la realidad virtual, sino también en la vida real] MORFEO: El cuerpo no puede vivir sin la mente». La lógica detrás de esta solución es que tu cuerpo «real» sólo puede mantenerse vivo (funcionar) en conjunto con la mente, es decir, con el universo mental en el que estás inmerso: así que si estás en una realidad virtual y te matan dentro de esa realidad, esta muerte afecta a tu cuerpo real... La respuesta alternativa más evidente (sólo puedes morir en la realidad) también es insuficiente. La trampa es decidir si el sujeto está COMPLETAMENTE inmerso en la realidad virtual que controla Matrix o si sabe o SOSPECHA cuál es la verdadera situación.

¿Qué pasa con la opción de salir de Matrix y adentrarnos en la «auténtica realidad» en la que somos criaturas miserables viviendo en la faz de una tierra asolada? Al modo de Adorno, deberíamos afirmar que estas faltas de coherencia son los momentos de verdad de la película: señalan los antagonismos dentro de nuestra experiencia social del capitalismo tardío, unos antagonismos que se refieren a dicotomías ontológicas básicas como realidad y dolor (realidad como algo que perturba el régimen del principio del placer), libertad y sistema (la libertad es sólo posible dentro del sistema que, a su vez, es un obstáculo para su realización total). Sin embargo, en última instancia el mérito de la película es que está a un nivel diferente. (…) La utopía es pues el esfuerzo por salir de la cúpula cerrada al hedor y la decadencia de la cruda realidad. Matrix exprime esta inversión combinando la utopía con la distopía: la realidad misma en que vivimos, la utopía intemporal que escenifica Matrix está orquestada para que podamos ser reducidos a una condición pasiva como meras baterías vivientes que proporcionen a Matrix energía. Este análisis de Zizek se contrapone con el de Goin que se pregunta sobre ¿cuál es la distopía de The Matrix? (…), el elemento distópico aparece como telón de fondo de la verdadera película: una exhibición de patadas voladoras y héroes esquivando balas en cámara lenta o manejando naves espaciales de diseño retro. Que The Matrix se haya convertido en un film de culto para nerds adolescentes no le agrega un gramo de valor distópico adicional. Es otra porquería de Hong Kong, otra peli de cunfú o taicuondo estilizado.

Respecto a la solución energética[6] sólo es explicable como extracción de la jouissance (término lacaniano para enunciar al goce y disfrute, pero también es un concepto que engloba a la vitalidad). Así que, cuando algunas de las personas «despiertan» de su inmersión en la realidad virtual controlada por Matrix, este despertar no es a un vasto espacio exterior de realidad, sino la consciencia terrible de este encierro en el que cada uno de nosotros es tan sólo un organismo fetal, inmerso en el fluido prenatal... Esta pasividad extrema es la realización de la fantasía que mantiene nuestra experiencia consciente como objetos activos, autoafirmativos, es la fantasía perversa por excelencia, la noción de que somos los instrumentos de la jouissance del Otro (Matrix), que nos chupa la sustancia vital como a pilas. Ahí reside el auténtico enigma libidinal de este dispositivo: ¿Por qué necesita Matrix energía humana? (…) ¿por qué Matrix no abstrae a cada individuo en su propio universo artificial solipsista? La única respuesta coherente es la siguiente: Matrix se alimenta de la jouissance humana. Con esto volvemos a la tesis lacaniana fundamental de que el gran Otro mismo, lejos de ser una máquina anónima necesita un flujo constante de jouissance. Es esta la perspectiva en la que tenemos que colocar el estado de cosas que presenta la película: lo que la película representa como la escena de nuestro despertar a la realidad de nuestra situación es, en realidad lo opuesto, la fantasía fundamental que sustenta nuestra existencia.

IV.- Impresiones

Tanto Zizek como Goin hablan con menosprecio hacia las porciones juveniles que se identificaron masivamente con el filme, tildándolos de idiotas y nerds respectivamente, si bien puede ser cierto que no darse cuenta de las inverosimilitudes que presenta el film puede ser reflejo de cierta zoncera, es decir, desorientación y turbación que impide pensar con claridad. También es cierto que el tiempo que nos toca transitar es ostensiblemente diferente a otros tiempos signados por las verdades "reveladas" de la modernidad. Las postrimerías del siglo XX y los inicios del XXI estuvieron signados por el ascenso mundial del capitalismo más reafirmadamente salvaje y "aniquilador" del devenir histórico, que fragmento en mil pedazos cualquier resistencia a un sistema social y que no aporta ningún tipo de valor esencial a la humanidad.
En este contexto de capitalismo tardío, es donde se han forjado nuestras identidades juveniles y es también, donde muchos de los insumos nombrados por Goligorski para la ciencia ficción hoy son parte de nuestro cotidiano. Llámese guerra, racismo, alienación del homo consumens, influencia de los medios masivos, miseria, ignorancia, hambre, la violación continua de la intimidad, el control social, entre otros. Entonces, cabría preguntarnos sobre las herramientas de análisis disponibles y las condiciones de existencias de aquel treinteañero "idiota" que se sentó al lado de Zizek en 1999. ¿No será que tal vez se halla identificado con una porción de la historia espejo de su vida, la de un oficinista que no sabe muy bien que quiere; algo cotidiano para millones de jóvenes entre los 20 y los 30 años que salen de la matriz familiar movidos por mandatos sociales de tipo utilitarios como "estudias o trabajas" e ingresan a un mundo falto de respuestas? En todo caso y teniendo en cuenta que The Matrix forma parte de la denominada industria cultural, lo que tal vez hizo el filme durante el instante tiempo que duró fue menguar el desasosiego de transitar este mundo. Sabiendo que al salir del acto placentero de ver un film el desierto de lo real será tan palpable como siempre.

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[1] GOLIGORSKY, E. y LANGER, M., Ciencia ficción, realidad y psicoanálisis, Paidos, Buenos Aires, 1969.
[2] Para buscar sobre el pastiche teórico ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Matrix#Filosof.C3.ADa
[3] Matrix es un sistema enemigo. Pero dentro están todas las mentes de la gente que queremos salvar, pero hasta esto son enemigos. Algunos no están preparados para ser desconectados. Dependen desesperadamente del sistema. Hay programas conscientes (una especie de antivirus) entran y salen continuamente a cualquier sofware conectado a ellos. Le dice Morfeo (capitán de la nave Nabudoconosor) a Neo en una de sus clases de formación.
[4] La caracterizo como clase de la misma manera que se puede hacer con la clase generada en la ex Unión Soviética post Stalin.
[5] El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. MARX, Kart. Prologo de la Contribución a la crítica de la Economía Política. http://www.marxismo.org/
[6] Tenemos un ejemplo en la explicación que se nos da en la película para explicar porque nos utilizan las máquinas: desde el punto de vista de la termodinámica, usar a seres humanos para obtener energía a partir de la bioelectricidad es inviable, ya que es mayor el coste de mantener con vida a un ser humano que la energía que se puede extraer. http://es.wikipedia.org/wiki/Matrix#Ciencia_y_ficci.C3.B3n

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