miércoles, 4 de octubre de 2006

Una mirada desde el lente hegeliano del Film Ghost in the Shell[1]

Indice de notas sobre filmes de ciencia ficción
Introducción
2001: odisea del espacio (1968)
Solaris (1972)
Una mirada desde el lente hegeliano del Film Ghost in the Shell (1995)
The matrix (1999)
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Los fotogramas van hacia atrás en varios aspectos. Por un lado, el motivo es que el texto de Hegel representa la base, los cimientos de la construcción teórica de la filosofía de la historia como mecanismo para intentar dar cuenta del devenir, del tiempo histórico. Así nuestro esquemático esquema de pensamiento retrocede, se proyecta hacia atrás, a fotogramas no vistos pero que son parte sustancial de los fotogramas precedentes. En otro sentido tomar fotogramas que retroceden no es azaroso, sino que responde a tomar del cine algunos cruces interesantes a la hora de intentar rozar esos fotogramas de pensamiento de los cimientos del estudio de la historia moderna.


En el final del anime japonés Ghost in the shell (el fantasma en la matriz) se explicita el inicio de una nueva evolución del pensamiento. La base de ese pensamiento por un lado se nutre del mar de información interconectada en la red de redes. Si bien la base de ese conocimiento infinito(2) es el ser humano, los niveles de tecnologización alcanzados por la humanidad hacia el 2029 generan que la mayoría de los mortales tengan injertos biónicos. Dos personajes creados como inteligencia artificial generaran razonamiento y sentido de autoconciencia, a partir de esa situación comenzarán un veloz recorrido por años de evolución del conocimiento. Más de buenas a primeras es preciso hacer notar como la vida que brota de la muerte no es más que una vida particular y si se tiene al género por lo sustancial en esta transformación, el perecer de la vida particular viene a ser una recaída del género en la particularidad. Con lo que la conservación del género es tan sólo la repetición del mismo modo de existencia. Hay que hacer notar, además, cómo el conocimiento es la concepción pensante del ser y el manantial y origen de una nueva forma (…) Su principio ya no es este contenido y fin inmediatos, como antes, sino la substancia de los mismos(3). Para completar su obra deberán gestar una nueva vida conjunción de ambas conciencias autónomas a partir de la combinación de sus códigos de información (nuestro ADN) para dar un individuo nuevo generado a partir de las múltiples combinaciones singulares y de esta forma cumplir el ciclo vital (razón natural de los seres vivos). El objetivo de este proceso es, pues, que el espíritu, al objetivarse y pensar su ser, por una parte destruye el carácter de su ser; por otra, capta lo universal del mismo y, por ello, da a su principio una nueva determinación. Con esto se ha cambiado el carácter substancial de este espíritu del pueblo, su principio ha renacido en otro, por cierto superior al primero(4). El nuevo individuo gestado cierra el film diciendo la red es basta e ilimitada(5), infinita. La idea de ser parte de todas las cosas recorre esta historia de ciencia ficción, donde cuerpos biónicos dotados para reproducir una razón o fin sistémico comienzan a generar razón autoconciente que generan preguntas y dudas respecto a la situación de existencia. A partir de esas inquietudes la cybor Kusanagi comienza a intelegir el mundo generando espacios de libertad como ir a bucear en su día libre. Ante la pregunta de su compañero de trabajo (humano aunque con su cuerpo “procesado” bionicamente) sobre que siente una cybor introduciendo su pesado cuerpo al mar profundo y oscuro, ella responderá miedo, ansiedad, soledad y esperanza como elemento que sorprenderá al esquemático policía que intentará comprender el hallazgo del yo de su compañera. Escena fundamental donde el ascenso boca arriba desde la profundidad oscura del mar, lento y mirando el cielo invadido de naranja atardecer será el momento de dilucidación a las preguntas e inquietudes existenciales. Momento de libertad único donde el espíritu también asciende en ese cuerpo. La materia resulta pesada en cuanto que impele hacia un centro de gravedad: es esencialmente compuesta, sus partes se excluyen entre sí, busca su unidad y con esto busca anularse a si misma, busca su contrario; (…): tiende hacia una idealidad, pues en la unida ella es ideal. El espíritu, por el contrario, es aquello que tiene en sí el centro, que no tiene la unidad fuera de sí (...).(6)


La existencia de un sujeto determinado por elementos particulares. Una subjetividad que busca y tiene conciencia de si. Un ser que despierta y se pregunta sobre el porque de las cosas, sobre que lugar ocupa, para luego visualizar que la inconmensurable masa de voluntades, intereses y actividades son los instrumentos y medios de que se vale el Espíritu para cumplir su fin, elevarlo a la conciencia y realizarlo; fin que consiste tan sólo en hallarse, en llegar a sí mismo y en contemplarse como realidad.(7)


La historia se da en una sociedad hipertecnologizada, donde sus elementos constituyentes operan como autómatas reproduciendo el estado de cosas de manera natural.
Dos nuevas individualidades con la intuición de lo que está en el tiempo se desprenderán hacia lo general, accionados por sus voluntades subjetivas y sus pasiones. Hacia la génesis de un nuevo estado de conciencia (el ser parte de todas las cosas). Forma de dilucidar la totalidad y revertir el estancamiento de la razón. Mutabilidad de cambio dinámico y transformador es uno de los móviles que atrae a estas dos nuevas individualidades a un cambio que tendrá la particularidad del libre albedrío donde lo mejor y lo más perfecto, hacia donde debe encaminarse, es algo indeterminado.(8) Hasta aquí podemos llegar con el lente hegeliano, el sentido común me indica que serán necesarios otros lentes para profundizar el camino elegido por los personajes de Ghost in the Shell.


***
1- Director, Mamoru Oshii. Creador: Shirow Masamune
2- Esto lo dice el personaje gestado de la unión de dos conciencias autónomas. El de el Pupper Master (maestro titiritero) programa creado para espionaje que genera autoconciencia y el del robot cibernético “cybor” Motoso Kusanagi creado para custodiar, que también genera autoconciencia y comienza a dudar sobre su razón de existencia, sobre su finalidad.
3- HEGEL, G. W. Friedrich. Filosofía de la Historia, Editorial Zeus. Pp. 102.
4- HEGEL, op. cit. Pp. 102.
5- Nótese que en The matrix, film norteamericano, toma de esta historia de ciencia ficción pasajes textuales. Digo toma, porque a pesar de las similitudes absolutamente verificables, el trasfondo de las historias son disímiles. Además, la ciencia ficción siempre es un ejercicio para plantearnos hacia donde vamos y la idea de que la razón evolucionará a través de la inteligencia artificial es un recurso recurrente en este tipo de obras.
6- HEGEL, op. cit. Pp. 45.
7- HEGEL, op. cit. Pp. 53.
8- HEGEL, op. cit. Pp. 80.

26 comentarios:

Unknown dijo...

Tuviste un excelente relato sobre Ghost in the shell, tanto que me impresiono un poco porque no tenia idea de que la trama fuese tan interesante.
Me dejaste con las ganas de ver y leer Ghost, asi que a la brevedad lo hare.
Saludos y segui asi.

Unknown dijo...

Justo me agarraste escribiendo algo sobre la peli en mi flog (http://www.fotolog.com/isma_mushotoku) Me gusto tu análisis, A través d eHegel se puede pensar mucho de lo que pasa en la pelicula, principalmente luego que "puppetmaster" habla de su autoconciencia.

Bueno enn mi blog (http://dikecontradike.blogspot.com) tengo unos cuantos articulos sobrer anime y filosofia, si tenes ganas pegales una ojeada!

Saludos!

Anónimo dijo...

en realidad, me parece demasiado simple, explicar ghost in the shell, en terminos hegelianos, en fin...

es un concepto mas apocaliptico el que trata shirow, sobre todo, porque, su concepcion, es sombria y decadente, muy parecida a Blade Runner, o ...salvando distancias, a Terminator..., pero es lo mismo, la maquina y el humano, ¿ que sera de la existencia ? ..., es la negacion tambien, a nuestro estado primitivo, aun...,

un saludo, nico

Anónimo dijo...

Yo pienso que la loquita en la escena en la Pichina...hace alusion a un wea mas basica...a un simple nacimiento, la pichina vendria a ser la Matriz de donde quiere salir...a convertirse en Humano...bueno chao.-

Anónimo dijo...

No te has enterado bien. Kusanagi, aunque cyborg, es humana. Igual que batou, por ejemplo. Asi que tiene conciencia desde el principio.

Dentro de la peli, no es lo mismo un cyborg que un androide.

Anónimo dijo...

Mamuro Oshii es sintoísta, además de pesimista, pero en un sentido de desconfianza ante las personas. Casi todo lo que he leido sobre GITS versa sobre cultura occidental, un tremendo despropósito pues estas referencias son solo detalles que le interesan a Oshii como persona que lee cultura. Salirse de una interpretación del kami o espíritu sintoísta es ver el anime desde un punto de vista, no erróneo, pero sí equivocado; obteniendo un sencillo análisis humanista propio es más ventajoso si se desconoce dicha religión japonesa, pues ésta no ve al Hombre como se ve en occidente.

Anónimo dijo...

La palabra clave es Ghost. El ghost obviamente no es el espíritu del cristianismo; ni occidental; aunque Mamoru Oshii inserta en el film temática religiosa occidental lo hace porque ha leído la Biblia, a Freud y su anticristo, sobre el renacimiento… pero porque le interesa personalmente como a mí me puede interesar la cultura japonesa o su religión sintoísta… que no soy experto. El sintoísmo es el andamiaje adecuado del entramado de GITS y su secuela. Muchas de las referencias del film son solo eso, referencias bíblicas que llamaron en su día la atención de Oshii sobre la religión cristiana, y otras, como el perro es su propio perro: como cualquier director de cine nos enseña sus inquietudes y su cultura. Para entender el film hay que leer Biblia, sobre humanidades, ser sintoísta, algo de psicoanálisis, y conocer un poco a Mamoru Oshii y su humor cínico y gusto por un determinado modelo de mujer que se manifiesta en otros trabajos suyos… o ver alguna de sus entrevistas, jaja. Ni que decir tiene que la idea occidental y oriental sobre el film es tan diferente como lo son ambas religiones.

Anónimo dijo...

Nietzsche: el hombre como todos los animales van cambiando progresivamente; la evolución, esos cambios, no se sabe si son siempre para mejor o para peor, simplemente cambian no siempre para mejor, según Oshii que traslada las inquietudes humanas a un futuro no tan lejano para la sociedad japonesa. Duda de Kasunagi. Teorías humanistas, ideas, etc. Los seres humanos no solo cambian sino que están destinados a cambiar. Bueno es una historia complicada y si además se observa la película desde un punto de vista occidental religioso es contradictoria; pero yo creo que hay que enfocarla mejor desde la perspectiva de la evolución humana para poder entender algo del pensamiento de Oshii a no ser que seas sintoísta y estés en la edad adulta. La visión de la persona es diferente en oriente; en occidente, obviamente, ha tenido mucho mayor impacto la peli, quizá por sus pasajes bíblicos, religiosos, filosóficos, psicológicos pero esta religiosidad del film es más sintoísta que cristiana.

Anónimo dijo...

Da la sensación de que algunas cosas las explicas a medias: el personaje principal; pareces sugerir que es un ser creado artificialmente, pero tiene sistema nervioso orgánico como el mío o al menos neuronas humanas si no recuerdo mal según Batou. De Batou, por lo que sugiere al hablar él mismo, es que si una vez tuvo algo de humano en su cascarón ya solo hay recuerdos de aquella humanidad en su cuerpo cibernético, es decir, salvo su memoria todo es artificial; el personaje no parece tener clara su identidad actual como humano, si es que se puede considerar ya como tal, pues habla a Kasunagi como si no lo fuera o no se considerase ya como humano desde hace ya tiempo. Togusa es un cyborg, como Kasunagi en cuanto a definición, pero sólo por su escasa ampliación de cerebro, casi nada, como llevar un oído artificial hoy en día. La cita de Motoko en la barca parece ser del Titiritero, no de ella como en un principio parece, por la totalidad de la cita que recita la niña al final, por lo que está condicionado todo su pensamiento en el film por esa voz: la del Proyecto 2501. Kasunagi ya tiene esas inquietudes e incertidumbres y miedos por el hecho de ser humana, no porque sea un cyborg, un problema existencial añadido cuyo peso es el eje de la vida de Motoko como ciborg. La única subjetividad que busca conciencia de sí es el programa informático Proyecto 2501, porque es el primer ser conocido completamente artificial que se identifica como tal ante los humanos. (Los tachicomas siguen el mismo proceso de manifestación de individualidad y autonomía artificial con IA, que se deja ver en las series de televisión, empiezan a manifestar consciencia de su existencia).

Anónimo dijo...

Occidentalmente, el alma es una entidad inmaterial que mueve el cuerpo (animado), es un símbolo religioso, y filosófico, que hace referencia, por decirlo así, al corazón, al sentimiento, la emoción y al afecto de las personas, así como de un volver a sí mismo (autoconsciencia); o a la parte divina en lo humano. Nietzsche la define como invención de la gente para darse a un dios; y Jaspers como existencialidad. Por otro lado, el espíritu sería una referencia al conocimiento, la parte cerebral, al pensamiento, la consciencia y autoconsciencia, incluso sociedad. Claro que el alma o espíritu pueden entenderse, pues, en cierta manera, por igual, aunque la historia occidental nos hace hincapié en su diferenciación; o bien una manera de dar cuerpo al alma llamándolo espíritu (mente).

Anónimo dijo...

El ghost, o espíritu en el film (que no alma), está basado en la idea del sintoísmo; el espíritu sea una parte inmaterial de la Naturaleza, que se une a la materia -al cuerpo (natural)- de los seres, por tanto que éstos son Naturaleza también, a la que vuelve una vez se separa de la materia, se desprende del cuerpo; también se aplica, por extensión o todo lo existente, a los robots, pues son materia también. No es por tanto lo que entendemos en occidente por espíritu y mucho menos la sensación o connotación de lo que representa esta espíritu japonés para el sintoísmo. El Ghost o espíritu para Mamoru Oshii es una entidad que no piensa y que está en Todo, una idea contraria al alma cristiana que se aplica solo a las personas.

Anónimo dijo...

El Titiritero era un software espía del gobierno norteamericano que evolucionó hasta tomar consciencia de sí mismo y obtener un ghost o kami. De la incontable acumulación de información al espiar salta la chispa de la vida en ese programa que por voluntad propia termina introduciéndose en un cuerpo cibernético, para buscar a Kasunagi de manera física y, como Kasunagi no estar realmente en la Red, el Proyecto 2501 se materializa, se introduce en un robot. Es este programa espía información pura, datos histórico sociales, políticos, filosóficos, etc., que de algún modo termina cuestionándose su funcionalidad como programa: a base de escuchar voces en la red (una de ellas es la de Motoko Kasunagi, que le atrae incluso antes de ser El Titiritero) decide que él también tiene eso a lo que las voces que oye se refieren por espíritu o ghost (el Titiritero cuenta con todos los datos de la humanidad y formula su propia comparación con los seres vivos) y nace su voluntad de estar vivo. ¿Qué hace humano al humano, qué validez puede tener éste si ya ni siquiera requiere de un cuerpo orgánico para seguir siendo humano? Esta pregunta es válida desde la perspectiva occidental pero incompleta, y rara para la representación espiritual del kami japonés, pues todo tiene espíritu. No es que lo humano tenga o no validez sino Todo porque todo tiene su ghost o kami.

Anónimo dijo...

Por como habla Kasunagi en el ascensor, el kami ha acabado fusionándose a la información de la Red (por lo de cascarón que menciona Batuo), la Red también tendría su propio espíritu o kami (o cerebro como la menciona el propio Oshii y se fusiona todo: sintoísmo). Dentro del cerebro humano se aplica la tecnología que extrae la información que la Red les proporciona: en ese mundo de información parece ser que más que nunca el ser consciente es eso: información, es decir, pensamiento y conocimientos y recuerdos y esa voz que surge al conectarse a la Red ante el mundo virtual que se descubre: no el espíritu de Hegel. Si hay un dios, una búsqueda de algo, ese dios para Motoko Kasunagi es la Red, más concretamente, la voz del Titiritero: ese ente informático que adquiere consciencia de sí mismo al conexionar su información, y de algún modo obtiene consciencia de su espíritu o kami (este espíritu es un entendimiento nuevo de la existencialidad del ser humano ante a la Red; la biotecnología, pero desde un punto de vista occidental) y que lucha por el reconocimiento por parte del ser humano para que éste le valide como ente vivo en equidad de condiciones que los espíritus (voces que el oye y ve de los humanos a través de la Red), aun cuando él sea completamente artificial, un robot después, o más bien información: memoria, como él se define por analogía al gen humano.

Anónimo dijo...

Si no se pasa por alto que la oratoria del largometraje es pura dialéctica, inevitablemente histórica, pero inquietantemente cuantificable en verdades absolutas por lo cargada de referencias al Sujeto y a su Sociedad y su Historia y su Espíritu, casi cualquier posición es válida para intentar entender la manifestación del espíritu o proceso de autoafirmación desde un cúmulo de información de datos informatizados (memoria) que adquiera consciencia desde lo artificial, por ser análogo al desarrollo mental humano, pero si no entendemos la religión sintoísta vamos apañados, (yo ni me acercaré a comprender mucho). Este espíritu (hay que tener más presente al Titiritero en mente que las dudas existenciales de Kasunagi y su voz como ser vivo casi robótico pero sin embargo humano), se plantea como inexistencia misma para Kasunagi como humana al sentirse limitada por el mar de la información, no ya como búsqueda dialéctica de la veracidad de su ser en cuanto a lo humano, sino en anulación de lo corpóreo (mientras se vive), por prescindible para la existencia real del espíritu del ser en este nuevo entorno (charla del ascensor), al tener Kasunagi su humanidad hecha datos informatizados y encerrada en un cuerpo cibernético (la Red, Naturaleza) y no poder expandirse (volver a la Naturaleza, Red) ante tanta información acumulada y su necesidad de liberación de su espíritu confinado en un cuerpo ahora no carnal, del que no sabe si es o no verdad sus recuerdos (ella es lo último en tecnología cibernética, pero no deja de ser humana pues conserva su sistema nervioso): el complejo de autonomía acosa a la protagonista pero de un modo consciente, no como con el trabajador de recogida de basura.

Anónimo dijo...

Mamoru Oshii está más de acuerdo con la idea de que el ser humano es un animal que cambia, al contrario que ocurre con la idea del Hombre en la religión cristiana, a medida que cambia su entorno para adaptarse a estos cambios: aparición de la tecnología y su implantación en humanos. Hasta tal punto que el individuo llega al extremo de deshumanizarse con tanta tecnología. Hay datos sobre el film que no recuerdo exactamente pero en esencia es algo así sólo en film de Oshii: Motoko, a diferencia de Batou, por como hablan entre ellos, aún conserva partes orgánicas en su cascarón, Shell. La parte humana original de Kasunagi entra en conflicto con la parte artificial de su ser, el cascarón o cuerpo cibernético.

Su ghost, su espíritu, el sintoísta, no el cristiano, se encuentra en un estado de incertidumbre ante esta nueva forma de vida que es la biotecnología, bla,bla… Son dudas existenciales como la de cualquier ser vivo, en el que se ponen en entredicho la evolución darwiniana, la validez de sustentar un cuerpo, la individualidad, inquietud, la validez de lo humano… pero no al ghost porque todo para el sintoísmo tiene kami, o espíritu para entendernos pero no espíritu occidental. Son las dudas humanas metidas en un cyborg sobre todo en robots que de humanos sólo tienen ya su memoria, sus recuerdos.

Anónimo dijo...

La idea de que el Titiritero nazca dentro de la red de información choca a toda idea religiosa cristiana de que el ser humano nace de Dios, (por eso Hegel no pinta nada en el film, además de no olvidar que es una idea sintoísta), además, la traducción del japonés no será textual en cuanto a connotación se refiere, como ocurre con otros idiomas; sin embargo, el sintoísmo y la religión cristiana tienen las mismas inquietudes ante lo que nos Rodea pero se entienden las cosas de diferente manera; ¿dónde está, pues, la validez de lo humano; no: la validez de estar vivo y tener consciencia, o la validez de la vida misma o la validez de la mente ante lo artificial ? Más la idea de la posibilidad de anulación de consciencia, de espíritu del ser humano como posibilidad real de convertirlo en un títere sin espíritu, en una marioneta de acciones aparentes en un mundo onírico cargado de falsa información (trabajador de basura); carente de recuerdos, sin existencia probable que demostrar. Tampoco ayuda a la afirmación del pensamiento orgánico ante el espíritu real del Titiritero. Hegel no llena ese vacío de la Existencia que propone el complejo de autosuficiencia. No cabe duda de que este complejo es una declaración de independencia del espíritu ante lo material; una disgregación en toda regla de toda la dialéctica histórica, por cuanto es aplicada a una realidad hasta entonces desconocida, que no es otra que la realidad –casi tangible- virtual, que literalmente des-fusiona el paradigma de la consciencia humana de la autoafirmación del ser, al no poder Kasunagi diferenciarse del Titiritero; por no ser lo orgánico portador exclusivo de un espíritu, estadio superior y definitorio así como definitivo del espíritu para Kasunagi, pero no para el Titiritero que busca la reproducción para la identidad genuina no de su ser, que trata de ascender en el árbol genealógico, sino su deseo de propagar su ser mediante la descendencia darwiniana; no olvidemos que el Proyecto 2501 aprende de la historia de seres humanos. Como ser, anhela lo que no tiene, que es lo que tiene Kasunagi (los humanos).

Anónimo dijo...

Esta realidad virtual, sin embargo, se encuentra todavía con la oposición a la no aceptación del ser humano ante este siguiente paso evolutivo, de algunos humanos de carne y hueso como Togusa (que son la disidencia; la negación del fin del hombre entendido como tal para Motoko Kasunagi hasta la aparición del proyecto 2501), que se niega por lo antinatural (por cuanto es una evolución artificial creada por el ser humano mismo). Sí es cierto que este complejo de autosuficiencia invita a acordarse de toda dialéctica, especialmente hegeliana por su impronta en la Historia; pero éste complejo, del que emanan toda una dialéctica forzosamente nueva, por presentarse ante el ser humano un camino nuevo, es decir, una prolongación real de la vida en la Red como entidad de información consciente en los entresijos de este nuevo cosmos, es una reflexión necesariamente contradictoria a la dialéctica humana por anticorpórea; por el simple hecho de que la Red es un mundo manifiesto, alternativo o auténtico al cielo divino, y donde la mente, el pensamiento, la información que satura el cascarón, puede expandirse hasta confines no (materiales) encontrados.

Anónimo dijo...

Pienso que no es posible aplicar la dialéctica histórica humana, y menos occidental, en el largometraje por no ser posible entender una vida alternativa fuera del mundo real, en la Red (Batou termina por echar de menos a Kasunagi; piensa que se ha quedado atrás en la evolución que asume Motoko; que sus incertidumbres son simplemente y en realidad humanas, y ya ni eso por no tener ya siquiera algo orgánico: ¿dónde está la autoafirmación como sujeto de dios, su existencia real fuera de toda duda cuando él mismo, incrédulo, es hakeado en un mundo que se ve engullido por el otro, donde todo en sí parece un falacia misma creada por el espíritu y donde su consciencia de sí mismo como individuo único parece sólo la reminiscencia de una consciencia avenida a apariencia, a fantasma en el mundo de los sentidos de lo humano). La complejidad de la idea de búsqueda existencial del pensamiento, o espíritu, o consciencia, o realidad autoafirmada del ser de Motoko Kasunagi, es más una realidad dentro de la Red que su contradicción misma, su negación, en el mundo real ante el choque, el sinsentido, de cambiar la carne por carcasas y, éstas, por información misma en la red, (ya despojados pues de la idea de Dios, por lo desvalida de su existencia como ser igualmente artificial creado por el espíritu humano, que no de carne, que se plantea su verdad ante dios dentro de un cuerpo que dios no ha creado). Cascarones andantes llenos de información (el complejo que todo lo absorbe). Cuando la información, pensamiento, como ente vivo, se encuentra limitada dentro de la confinidad que le confiere un cuerpo artificial y ante la posibilidad de alcanzar esa liberación de la carne; su artificialidad cibernética contraria a la carnalidad humana de dios.

Anónimo dijo...

No obstante, y aunque la parte del Sujeto que se cuestiona sobre su propia existencia y su devenir sea invariable a lo largo de la historia y de la vida, el anime nos propone interrogarnos sobre la posibilidad de que la única salvación (de vestigios mortales, ahora incluso de cables y metales, por lo de ciborgs) sea conservar nuestro pensamiento en un cascarón o cuerpo cibernético. La duda existencial de Motoko tal vez sea una duda superior a la carne y su espíritu sea la voz del titiritero; la voz de su salvador, de su diferencia absoluta dentro de la Red, así como la afirmación de su existencia y su vida (también propia desde el punto de vista de Marx, dada la inmersión de los protagonistas en su trabajo y en el sistema que los sustenta y auto realiza, inherente a su existencia cibernética que no es sino su pensamiento para y con y de la distopía del film).

Anónimo dijo...

La infinidad de interrogantes que se siembran en el film no será recogida como resultado entendible al finalizar su visionado, pues la resolución de estos interrogantes sería pura dialéctica filosófica necesariamente de carácter especulativo, con sus paralogismos y antinomias, por cuanto no pueden ser considerada como válida por una razón de nuestro tiempo y cultura actual, por la sencilla inexistencia de la vida planteada en el film en la realidad (al igual que ocurre con cualquier idea sobre la muerte). El interrogante es pues y sencillamente un interrogante; dónde estaría el culto al film si obtuviéramos las respuestas que nos plantea, literalmente, en un futuro asumible por la mente de hoy.

Anónimo dijo...

Como dice Batou: “Supongo que si se empieza a dudar nunca se para”. El titiritero no quiere morir ahora que se ha metido en un cuerpo cibernético, sabe que es perecedero, pero busca a Kasunagi como ser vivo pues para eso salió de la Red, para procrear y que sus genes, su memoria perdure y así, en parte, su esencia como ser vivo en un descendiente, hasta tal punto el proyecto 2501 se humaniza, elige su destino ante la necesidad de Kasunagi, es otro romance al estilo de Oshii. Quiere dejar una huella en la Red como lo hago Yo. Darwin.

Anónimo dijo...

El cuerpo para Kasunagi será ya algo secundario (adiós a la dualidad hegeliana y necesaria para el saber absoluto pues una de las partes es prescindible para estos espíritus o ghosts) y sólo contará con el pensamiento, su información recopilada a lo largo de su experiencia, su espíritu, y éste, también, se pone en entredicho con la aparición del Titiritero y su aparente espíritu carente de algo biológico y cuerpo artificial, que no es un cyborg como Kasunagi. Kasunagi tiene partes biológicas en su cerebro: neuronas (pero no sé porqué me da que he oído en algún otro “capítulo de la serie” que su cerebro y columna vertebral las conserva originales –las de dios-, al menos en parte) por lo que es un cyborg, de ahí su denominación: cyborg. De ahí la importancia capital que se le da al caso del Titiritero, porque piensan que se están creando marionetas con los individuos, o sea, potencialmente todos, pero la sorpresa es la creación artificial de un ser vivo, el Titiritero.

Anónimo dijo...

La profundidad de esta obra merecería un tema aparte para analizar los conflictos que plantea el posible paso evolutivo (antinatural, por lo artificial) humano fuera del alcance histórico de la sociedad humana actual, dada la creación de nuevas formas de vida (conscientes), no divinas, y la búsqueda por parte de éstas de su alma… o su espíritu; su ser, en definitiva, en el mundo tangible que habitan en Ghost in the Shell.

Más nos habría valido hacer referencia a True Names, de Vernor Vinge; al cyberpunkismo, de William Gibson y su Trilogía del Sprawl; o a H.D. Sallinger, y su Guardian entre centeno; o por qué no, a Philip K. Dick. O a referentes del género cinematográfico como Blade Runner, Roy. Sin embargo, Ghost in the Shell tiene entidad propia para representar un referente de futuras adaptaciones como cualquiera de estas menciones.

Anónimo dijo...

Aunque se pueda llegar a pensar que Hegel es el cimiento del film, en seguida nos toparemos con una inexistencia de materiales con los que seguir avanzando ya desde el principio de la obra; la síntesis de autores históricos se aglutina en el film con cierta vehemencia y no menos estupor y solemnidad. Seguramente antes del complejo de autosuficiencia y la aparición de El Titiritero ya haya en la sociedad del film una nueva dialéctica histórica: como nos movemos dentro de una realidad posible, con materiales (sujetos y objetos) y herramientas (ideas) nuevas, ante la existencia de un nuevo modo de Historia, la Red, es necesario crear nuevos patrones de vida y, por tanto, de interrogantes humanos (que yo no me atrevería a negar que no estén en su proceso larvario actualmente). No hay en este nuevo mundo un resquicio en término religioso al que aferrarse, ni fe en la que creer que no sea la realidad (insegura) del entorno fuera de la Red.

Anónimo dijo...

Desde luego que no es desmerecedor valerse de la Fenomenología del Espíritu de Hegel para ver Ghost in the Shell, pero es un enfoque que personalmente considero inexacto; por eso te quedas ahí, por no reinterpretar la sociedad del film. Del mismo modo que es arriesgado considerar la obra como una prolongación de dicha fenomenología del espíritu. De hecho, y aunque en el mismo largometraje se haga uso de la dialéctica histórica, se inserta un concepto, un devenir inherente a la sociedad del film, que no es otro que el complejo de autosuficiencia: la pérdida de validez existencial de lo orgánico, de lo humano. Qué valor se le puede conceder a un hacedor de vida si una de sus obras es capaz de insuflar vida a una creación propia. El Dios de Hegel, el cristiano, es desechado. El Hombre es Hacedor de sí mismo. Posiblemente otros dogmas caerán.

Anónimo dijo...

Bueno, en fin, adíos.