domingo, 15 de abril de 2007

Resaca en Potosí


Esta es versión correo electrónico de una crónica más larga que aún no pase del papel.

Anteayer bajamos a la mina. En realidad primero tenés que subir. Nos hicimos amigos del guía y de un amigo de él que es guía trilingüe y minero. Pedro, estaba por allá abajo, ahogando penas de amor y dio para charlar. La visita constaba de 4 horas (dos afuera y dos adentro), aunque terminó siendo una charla infinita allá abajo, entre cuatro bolivianos y tres argentinos de donde salimos a las 9 de la noche (habíamos entrado a las 15 aproximadamente).
Ahí dentro soportamos 30 y pico detonaciones de dinamita en algún nivel de más arriba. No puedo explicar eso, no hay palabras, lo pienso y me corre un escalofrío, imagínense que a cada estallido la cámara de filmar de Sergio se le movía. Luego de la salida de la mina nos fuimos a la casa del minero Pedro, que ya venía medio adobado-machado-mamado-borracho-hastalapipeta y terminó del todo en su casa. Creo que la pachamama y el tío (diablo) en la mina también.
Ayer habíamos decidido tener un día tranquilo para recuperarnos. Pero…, resulta que tipo 4 de la tarde se escuchan comparsas y con Javier fuimos a sacar fotos. Terminamos en una fiesta en un salón llenándonos de amigos y de alcohol, era la fiesta del mercado central.
Antes de volcar fuimos a buscar a Sergio hasta el hostel y lo llevamos, pero ya todos estaban muy alcoholizados y se volvió. Javier y yo nos quedamos bailando con las comparsas. El grupo de cumbia que tocaba nos dedicaba canciones, luego fui al baño y de ahí en adelante sólo tengo dos imágenes: sentado en un banco agradeciendo la generosidad a dos bolivianos (imaginense cuando los borrachos se emocionan) y la segunda imagen, la de Sergio acostándome y por supuesto yo agradeciéndole y que disculpara las molestias ocasionadas.
Por lo que pude reconstruir parece que del banco donde estuve sentado volví, Javier recuerda haberme visto por últimas vez allí, luego llegue al hostel (vaya uno a saber como), el sereno contó su ayuda al entrar, mientras muy correcto le decía “estoy un poco borracho”. Además (como borracho tan correcto que soy), le agradecía su infinita generosidad. Cuando iba bajando las escaleras me caí generándome un golpe en la ceja izquierda, me levantaron este señor y su señora, el resto quedo a cargo de Sergio que estaba mirando tv en el salón y vio la entrada de este borracho derechito a la pieza, no hablaba.
Luego contó que me llevo al baño, vomite un poco, me limpio la herida y me puso gasa con desinfectante, me acostó mientras, al él también le agradecía y daba ordenes del tipo "bueno ahora nos acostamos y listo".
En fin parece que como a los jugadores le afecta la altura a los bebedores también, la chicha y demás bebidas tradicionales son mortales.

Versión de Javier de la fiesta (más seria) acá / Versión de Sergio de la bajada a la mina acá

1 comentario:

Sergio dijo...

De nada Tero...
Fue un placer tratar con un borracho como Ud. Habiendo pasado cerca de 8 meses de aquel episodio, todavía me pregunto cómo puiste llegar solo hasta el hostel.
Sergio