Crónica intoxicada

Anoche me saque las ganas de hace mucho tiempo, fui a ver a Intoxicados.

El recital superó mis expectativas, la banda sonaba espléndida, conceptual, con mensajes del Piti preanunciando algunos cambios y así fue.
A las 23 horas, con un estadio Atenas repleto se inicio el pogo con los clásicos temas: quieren rock, la hija del diablo, voy a dejarte. A estos le siguieron 23 temas más con momentos psicodelicos y de música electrónica magistrales interpretados por el Piti y Romina Cohn, entre los que se pueden comentar hermanos tolueno, transa, duermete niño y felicidad, depresión. Aquí fue donde se generó una situación desagradable. Una parte de los fans comenzaron a silbar y a pedir rock (cual imberbes hechados de la plaza). El Piti les pedía apertura (mental). Algo que no pudo lograr, pero que tampoco importó. Aunque, si podría haber sido una fiesta ecléctica, lamentablemente primo el prejuicio y la estreches mental de unos pocos que se aferran a una relación capitalista con el artista (vos tocas lo que yo quiero, para eso pago). Lo interesante de esta situación fue ver al Piti no transar y hacer lo que su búsqueda artística manda.
Cerca de las 2 a.m. cerró este recital inolvidable del que pasaron temas como: estamos llegando, lo artesanal de Viejas Locas y necesito, una señal, nunca quise, las cosas que no se tocan, la simpática demonia, de la guitarra, se fue al cielo, rock del vuelo, espero que la vida, reggae para Mirta, perra, don electron, viviendo con el, esta saliendo el sol, un beso y una flor, marcha para roberto y quien soy, más un cover stone.

En fin, ansío el día que como en el recital del Indio en el estadio de La Plata podamos combinar el placer de hacer el pogo más grande del mundo junto con un tema como charro chino.

Viva el rock and roll pero también toda expresión artística que nos libere.