martes, 6 de enero de 2004

Crónica del crucero a la nada 2

Texto para un mail a amigos

«Perdón que me entrometa en su mail, compañero, es para ahorrar palabras, así que saludo a tuítos los compas dispersados en las diferentes geografías que nos constituyen. Me bañé hoy (hacía tres días que la pileta era mi baño y no me sentía sucio, todo lo contrario estaba purificado). En realidad hoy nos bañamos todos, por ahí nos vamos al bar... hace tanto que no vamos (una noche). El lunes a la noche recorrimos todas las plazas y jugamos a todos los juegos, el mejor es la calesita del paseo Manuelita. El Crucero a la Nada sigue viento en popa, el capitán Limatrón Peter Oh Tul nos guía por un camino a la infancia, a las luchitas, los paseos en bici pero ojo te podes doblar el dedo gordo del pie y tendrás que ir al medico y cuando te pregunte si te pisaron cuando se te dobló, vos dirás no sé, estábamos luchando. El médico se ríe, te pregunta si te pusiste hielo cuando te paso eso y le dirás no, me tire a la pileta, te dirá ponete hielo y listo. Joya decís y te envalentonás y cual púgil de titanes en el ring le preguntás con la seriedad de niño ¿cuándo puedo volver a luchar?, en una semana, te contesta, enterizas. Salís de la guardia y pensás caspitas, ya me vengare de ti maldito capitán Limatrón. Fin de intromisión».

Pehuajó

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